La cuna del mazapán: Imperial Monasterio de San Clemente

Se trata de un convento de clausura por lo que es muy raro poderlo visitar, por ello hay que aprovechar las ocasiones en que se abre al público. Es uno de los primeros conventos que aparece en Toledo tras la Reconquista de la ciudad por Alfonso VI en 1085, fundando un primer monasterio extramuros. Alfonso VIII de Castilla, llamado «el de las Navas de Tolosa» o»el Noble», durante su reinado entre 1158 y 1214, levantaría ya un segundo convento dentro de la ciudad. Este convento perteneció a la Orden de San Benito o benedictinos, aunque poco después se incorporó a la orden del Císter.

Las monjas que habitan el monasterio se dedican al «ora et labora», ocupando su tiempo en la oración y la elaboración del mazapán. Según se cuenta tras la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, la situación de Castilla era delicada y el hambre se extendía entre la población. La monjas sólo tenían en su despensa dos productos, almendra y azúcar. Con estos dos ingredientes idearon una mezcla de gran valor calórico y de fácil conservación que además servía para combatir el hambre dando como resultado lo que conocemos hoy como mazapán, tan típico de nuestras fiestas navideñas y que no puede faltar en nuestras mesas en estas fechas tan señaladas. Si quieres conocer más sobre el mazapán consulta nuestro post.

El convento ha sufrido varias ampliaciones, reformas y mejoras a lo largo de los siglos. En él podemos destacar sus frescos, azulejos, retablos y yeserías, así como el Claustro de las Procesiones y la bella portada que da entrada a la Iglesia.

Cuando se permiten las visitas es un lujo poder contemplar toda la magnificencia del lugar, pero si vienes a Toledo y no hay visitas, no dejes de acercarte a contemplar la Portada y comprar su maravilloso mazapán.