Los secretos del Bargueño toledano

En Toledo hay una gran tradición artesana ofreciéndonos preciosos objetos de damasquino, espadas, armaduras o cerámica. Y no podemos olvidar uno de los objetos más curiosos, cuya realización y decoración lo convierten en una auténtica joyas de la artesanía toledana. Es un mueble con multitud de cajones destinado a guardar documentos, joyas, monedas, cartas, manuscritos… Otras funciones que tenía este mueble eran guardar el ajuar de las novias, como escritorios o caja de caudales.

La realización de estos muebles era un oficio que surgió en la ciudad de Toledo en el siglo IX. El gremio que se dedicaba a su fabricación estaba dominado por moriscos. Estos cuando fueron expulsados de Toledo tuvieron que salir de los muros de la ciudad y asentarse en las zonas cercanas como la alquería de Bargas, siendo entonces cuando reciben estos muebles la denominación de «bargueños».

Nacieron como muebles de viaje, que se llevaban a las campañas militares en lomos de mulas. Más tarde dejaron de viajar y se les pusieron patas y empezaron a formar parte de las casas más nobles. La mejor época de estos muebles fueron los siglos XVI y XVII.

Estos muebles se caracterizan por tener un sistema de pasadores que abren y cierran puertas, cajones secretos y compartimentos donde meter documentos y joyas y pasar desapercibidos. Se realizaban en madera de abedul o nogal con incrustaciones de marfil, dorados o policromados. Cada uno de ellos es una pieza única y una joya de la artesanía toledana.