Un pequeño rincón para enamorar: la Virgen de Alfileritos

Toledo está lleno de leyendas, en la mayoría de ellas el amor es protagonista, y así ocurre en la calle de Alfileritos. Esta calle es larga y estrecha, en la que se pueden apreciar viejos caserones, palacios con sus portadas adornadas por blasones. Hoy en día también encontramos bares y restaurantes donde poder degustar la gastronomía toledana.

Esta calle comienza en la plaza de San Nicolás y cerca de allí hay una pequeña hornacina en el muro con la imagen de una virgen, es la Dolorosa que aparece en un pequeño retablo dorado y enmarcada por dos jarrones con flores. A sus pies aparecen muchos alfileres. Esos alfileres están ahí como ofrenda de las jóvenes toledanas a la Virgen que tras rezar una oración piden como deseo conseguir novio y casarse. Se pinchaban con el alfiler en el dedo y luego se introduce por un pequeño agujero que hay en el cristal que protege la imagen.

Esta costumbre parte de una leyenda que se remonta al siglo XVI cuando dos amantes toledanos tuvieron que separarse, pues él era capitán de las tropas imperiales de Carlos I y tuvo que marcharse a América. Todas las noches la dama rezaba a la Virgen acompañada de su dueña que tenía por encargo pincharla con un alfiler si se dormía antes de terminar sus oraciones, alfiler que luego ofrecía a la Dolorosa como prueba de su sacrificio.

Al final, después de mucho tiempo, el joven capitán regresó sano y salvo junto a su amada y este hecho fue conocido por los toledanos que empezaron a imitar a la joven, llegando esta costumbre hasta nuestros días.

Si no tienes pareja puedes venir a Toledo, acercarte a la calle de Alfileritos, a la hornacina y hacer tu ofrenda a la Virgen. Quién sabe, quizás el amor llame a tu puerta.